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Te invitamos a que nos acompañes en nuestro viaje a Japón 2012. Esperamos disfrutar igual o más que en 2009 .
Y aquí te lo contamos...

lunes, 20 de agosto de 2012

Días 13 y 14: Por la costa del Mar de Japón


Calle de Matsue













Los dos últimos días hemos estado disfrutando de un tiempo menos húmedo. Y eso debe ser porque los veranos en la costa del Mar de Japón tienen un calor más seco que en la costa del Pacífico.

Vinimos a Matsue desde Hakata vía Okayama y vía Okayama vamos en estos momentos a nuestro último destino: Kyoto.

El Japan Rail nos caduca hoy, después de 14 días de uso intensivo. No hemos contabilizado las horas de tren que hemos hecho ni los kilómetros recorridos, pero muchos son.

En Matsue hemos tenido dos atardeceres de lujo al borde del lago Shinji-ko. Las fotos lo dicen todo.

Atardecer en el lago (Matsue)

Atardecer en el lago (Matsue)

Y desde Matsue fuimos ayer a visitar Izumo-Taisha, el santuario sintoísta más antiguo de Japón y el segundo en importancia tras el de Ise (que ya visitamos el otro día). Lástima que el templo principal estuviera en reformas, pero el resto de templos, el jardín circundante, la frondosa montaña que lo rodea y los rituales de los visitantes, con un par de bodas incluidas, nos dieron el contrapunto perfecto.



Entrada al santuario de Izumo

Completamos la visita religiosa con una excursión a un parque nacional que bordea la rocosa costa y contiene un bonito y enorme faro: Hinomisaki. También, cómo no, el pueblito tiene un templo, en este caso ya es budista, y lo visitamos.
El grosor de las cuerdas sagradas del templo

¿Di a entender antes que el tiempo por estos andurriales es más benigno? Pues lo retiro. ¡Qué calor pasamos en el camino de ida y vuelta al faro! Eso sí, las vistas espléndidas, pero llegamos sudando a chorros al bus que nos llevaría de vuelta a la estación de tren de Izumo.

En cuanto a la cosa gastronómica, hemos tenido variedad. Como es de esperar en un sitio cercano al mar, abundan los restaurantes con pescado y anoche Juanjo pidió sashisimi en un restaurante local, que era una de las pocas palabras que nos entendieron.
La bandera japones ondea en el templo de Izumo

A nuestra llegada a Matsue entramos a comer a un restaurante de la estación y disfrutamos de una ración para dos de verduras y carne cocinada al estilo "okonomyshaki", es decir, tú te lo guisas, tú te lo comes: los comensales se sientan alrededor de una mesa cuyo espacio central tiene incrustada una plancha sobre la que se van cocinando al gusto de cada cual las viandas. Nos supo a gloria.
Papelitos con ofrendas y deseos en Izumo

El remate fue ese primer día en Matsue por la noche, ya que no estuvimos muy inspirados a la hora de entrar en alguno de los innumerables restaurantes del lugar. Después de dar un buen paseo y de un infructuoso intento en un restaurante tipo lounge en el que ni papa de inglés, decidimos entrar en el restaurante español cercano al hotel.

Sí, lo que leéis, fue como una especie de reto. En 2009 no habíamos visto tantos restaurantes y bares españoles. Pero en este viaje ya llevamos unos cuantos y varios de ellos, como por arte magia, al lado del hotel. Así que esa noche había que aceptar el reto.


Faro de Honomisaki

Boda en Izumo



















Lo tenían montado en tonos rojos, vendían copas de "sangría" que a los comensales, a decir por cómo se la bebían, parecía encantarles (a simple vista nos parecía más bien un tinto de verano) y en la carta (en japonés) se ofrecían raciones, todas al precio de 350¥: platito de gambas, pulpo, almejas al "ajillo" (imposible reproducir la locución del camarero cuando nos lo explicaba), ensalada de aguacate con salsa rosa, ensalada de queso... y no podía faltar la tortilla de patata. Bueno, le ponían buena intención y, la verdad, la clientela parecía disfrutar pidiendo sucesivas raciones y el camarero gritanto a la cocina la comanda (¿os suena?). Qué más pedir. Pero con lo que más alucinamos, y sentimos no ofrecer soporte gráfico, fue con la ración de "choriso" y aceitunas que pusieron en la mesa de al lado: las rodajas de chorizo fueron engullidas en un santiamén, ¡¡pero con palillos!!

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